Qué fácil sería la vida si puedieras tener un mando... podrías darle al pause en los momentos de las indecisiones, rebobinar para revivir experiencias, o adelantar etapas aburridas o de tormento.
Pero al fin y al cabo, eso es imposible y eso es lo que hace a la vida interesante, ¿no?
Que sea como es y no de otra forma.
Pero en el momento en que te das cuenta de que no hay vuelta atrás, que no puedes retroceder para corregir algo, para tomar otro camino, para decir "sí" esa vez que dijiste "no", o para decir "no" esa vez que dijiste que "sí", para volver a esa época en que nada importaba y todo estaba bien.
Hay veces que te sientes impotente, no puedes hacer nada, y te lamentas por todo lo que no has hecho y no quieres salir de tu cama, no quieres volver a la realidad... pero eso es un círculo vicioso porque cada vez te lamentas más, porque estás más días metido en la cama sin hacer nada... y nada... y pasa el tiempo y tú sigues lamentándote.
Eso sinceramente no sirve para nada, renuévate, ponte un nuevo plan de vida, nuevos propósitos y cúmplelos o al menos diviértete intentando cumplirlos, haz eso que tanto quisiste hacer, descubre, admira, párate a disfrutar del momento... cuando algo o alguien se va algo o alguien vuelve o se descubre.
Las cosas se van muchas veces para siempre pero queda ese recuerdo al que puedes echar un vistazo, atrás... de vez en cuando, aunque cada vez el recuerdo sea más y más borroso hasta que ya casi no puedas recordar ni como es, y ese día sabrás que todo ha terminado y... a lo mejor decides volver a ese sitio por simple curiosidad.
Lo hecho, hecho está.
(Fotografías por: Claudia López)
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